Felipe Giménez y Antonia Guzmán presentaron El amor está en el aire: realismo mágico y arte emocional. En unos pocos trazos de pincel Giménez y Guzmán hacen un retrato del ser humano con sus debilidades y flaquezas. Reducido a lo esencial, a lo más minimalista de las figuras, el trabajo de los dos artistas transmite entusiasmo, ansiedad, y el asombroso deseo de arriesgarse al amor.
Giménez trabajó durante muchos años como psicólogo infantil antes de dedicarse por completo al arte. Este entrenamiento temprano penetró en su arte, la cual muestra un rico sentido del humor a medida que capta la esencia de las relaciones humanas. Su estilo incorpora un extravagante punto de vista a través de la mirada que un niño tiene sobre el mundo, en un torbellino de diseño y color brillante. Giménez señala que “los ecos de los fragmentos de la escucha, son materia prima tanto como el óleo o la trementina”.
Las piezas oníricas de Guzmán están comprendidas por formas geométricas coloreadas ricamente, jeroglíficos y figuras antropomorfas. Su trabajo incorpora influencias de Marc Chagall, Joan Miró, Paul Klee y Xul Solar, pero sintetiza sus experiencias personales en una visión única. Las tres pinturas que se exhiben en la Embajada Argentina son del período 2010 cuando Guzmán estaba focalizada en la paleta de colores y en un camino que le permitiera expresar emociones inspiradas por las palabras de Jorge Luis Borges cuando escribió en 1934: “Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad, el hambre de mi corazón; trato de sobornarte con la incertidumbre, con el peligro, con la derrota”.
Ambos artistas están representados en Washington, DC por Kaller Fine Arts. (kallerfinearts.com)
Curador
Alfredo Ratinoff - curator